Algunos Bares del Centro


No había pisado el renombrado hotel Bolívar hasta diciembre del año pasado; una visita a su bar fue suficiente para enamorarme de aquel lugar en el cual uno se siente de regreso a los años cincuenta y puede experimentar la extraña y agradable sensación de estar en el hotel de “El Resplandor”. Todo en él es interesante, sus acabados, sus pasillos y hasta sus baños, pero sobretodo su pisco sour; el mejor que he probado en mi vida. Más allá del bar del hotel, existen una serie de elementos en los alrededores que dejan a cualquiera maravillado. La plaza San Martín, por ejemplo, es una de las más hermosas de Lima y su perfecta iluminación nocturna sirven de marco ideal para una salida nocturna. Es por eso que hace un par de semanas, cuando un buen amigo mío sugirió la idea de recorrer los bares aledaños a la plaza, aquellos que él ya conoce a la perfección y yo no, acepté sin imaginar los lugares que descubriría esa noche de viernes en el Centro de Lima.

Lobby del Bolivar

La noche comenzó en el histórico hotel Bolívar, el que, con casi 80 años de antigüedad y una arquitectura que lo ha convertido en patrimonio histórico, recibió a Nixon, a John Wayne, a Ava Gardner y algunos de los Keneddy. Ubicado al lado del Jirón de la Unión, este imponente hotel de 106 habitaciones fue comenzado a construir durante los años 20 y se convirtió en el destino preferido de todas aquellas personas que venían a visitar nuestra ciudad. Un auto antiguo, de los años veinte tal vez, nos da la bienvenida en el lobby antes de llegar al bar. Por este mismo lobby, si se es recatado y silencioso, uno puede subir las escaleras y descubrir los niveles superiores del hotel.



Con sus largos pasillos y baños a la antigua (música de salón incluida en ellos), tal como ya mencioné, el Bolívar nos hace sentir como el personaje de Jack Nicholson en “El Resplandor”, perdidos en la inmensa belleza arquitectónica del otrora mejor hotel de todo Lima, pero esto décadas atrás, mucho antes de los Marriots, Swisshoteles y todos los demás, mucho antes de que perdiera el glamour allá por los años setenta y se convirtiera en el abandonado y oscuro refugio de pirañitas y drogadictos hasta mediados de los noventas en que fuera recuperado. Pero lo bueno del Bolívar es que con su reapertura al publico volvió también su glamour, y gran parte de éste se concentra en su extraordinario bar con mesitas prolijamente bien acomodadas, de todos los tipos y para toda cantidad de bebedores. Es, sin embargo, la barra mi lugar preferido en el bar del Bolívar; cómoda y espaciosa, además de permitirte ser testigo del proceso de preparación del mejor pisco sour; a diez soles el normal y quince el “Catedral” , 100% recomendable. Lo que no es muy recomendable es salir a la terraza donde el caos citadino invade el ambiente mágico, restándole gracia y armonía al bar.

El segundo destino en mi recorrido de bares se llama El Bolivarcito, situado a un costado del hotel y que nos permite disfrutar del mismo pisco del Bolívar a menor precio pero en un ambiente un poco menos grato. De fuerte iluminación amarillenta y espacios amplios, El Bolivarcito te da la bulliciosa bienvenida e invita a probar su exquisito pisco sour a quienes su ajustado bolsillo no permite visitar el bar de al lado. A tan solo seis soles el pisco chico y a doce soles el doble; la seductora diferencia de precios invita a quedarse en el local hasta altas horas o hasta que uno vuelva a tener noción del tiempo y se percate que es hora de retirarse a conocer otros lugares.



Caminando un poco más y contorneando la Plaza San Martín llegamos a esta bulliciosa fuente de soda que de noche se transforma en un concurrido bar, el cual, lamentablemente, no tiene tanta tradición como comensales ni tantas sillas como tranquilidad. El Cosmos esta dividido en dos partes, la de adentro y la de afuera para ponerlo de una manera sencilla. No conocí del todo bien la colorida parte de adentro pues la bulla de la música y los gritos la convertía, a mi gusto, en un lugar para ser evitado; demasiadas luces de neón para un solo ambiente tan poco espacioso. La parte de afuera es más simpática: Una pequeña terracita en plena vía publica atestada de mesitas las cuales a su vez, atestadas de gente ofrecen una agradable vista hacia la mismísima plaza.

El Cosmos no es un mal lugar, es más bien un lugar muy interesante; música con mucho volumen para aquellos que gusten de la estridencia, colorido por dentro y tranquilo por fuera. Ideal para los que gusten del aire libre. Pero sin duda alguna el fuerte del Cosmos es lo siguiente: ¡A solo seis soles la botella de litro cien!


Cruzada la histórica plaza y dejada la anécdota del libertador y la autóctona llama atrás, llegamos al siguiente bar, o mejor dicho, restaurant-bar : El Estadio F.C. Ubicado en Nicolás de Pierola N° 922 reúne las características de un museo para los amantes del fútbol.

Estadio F.C


Acompañado del “granítico” Hector Chumpitaz, en la mejor de sus poses, un amable portero nos da la bienvenida al Estadio F.C y nos invita a pasar a uno de los lugares más simpáticos que he conocido últimamente. Dentro del local, un ambiente cálido y espacioso nos recibe. Decoración medio rustica combinada con afiches de estadios, equipos de fútbol e ídolos de multitudes se mezclan con los acabados de madera y nos terminan de dar la bienvenida. A lo lejos, sentado solo en una mesa en una esquina, el “Rey” Pelé parece ahogar sus penas y quejarse del olvido en el que se encuentra al lado de figuras más contemporáneas como Zinedine Zidane quien parado a unos metros sonríe a quienes bebiendo sus cervezas, parecen ignorar a la estática estatua ahí parada. Unos metros más cerca nos encontramos con un sonriente Diego Armando Maradona. El número “10” sonríe sentado en una de las mesas centrales del local, añadiendo más gracia aún al pintoresco lugar.

Barra del Estadio F.C


La barra del local es otra cuestión digna de resaltar; se encuentra repleta de afiches, banderillas, pines, jarrones y muñecos de diversos clubes y famosos jugadores. Así por ejemplo nos encontramos con un “Ñol” Solano emulando alguna de sus mejores jugadas con la camiseta del Sporting Cristal en una versión en miniatura que lo hace ver más pequeño aún de lo que en realidad es. Un estático y alegre Ronaldinho Gaucho, mientras tanto nos espera a la subida de las escaleras para hacernos conocer el segundo piso del Estadio F.C. donde encontrará un nuevo ambiente, similar al anterior, donde poder beber con más de la original y novedosa decoración del lugar. Estadio F.C, con sus tres niveles, es un lugar original, ameno y bastante recomendable, aunque tal vez sea un poco más caro en comparación con un bar tradicional.


Al salir del Estadio F.C. Me dirigí al Munich, piano-bar ubicado en la misma recta del hotel Bolívar, entre la plaza Francia y el Jirón de la Unión, pasando el Club Nacional, ese al que probablemente nunca me dejen entrar y cuyo gran y pomposo balcón, donde una solitaria pareja intercambiaba muestras de afecto, me quedé observando con curiosidad desde el otro lado de la pista en mi camino al Munich. El Munich, para el que así lo crea, no tiene nada que ver con fútbol, a diferencia del local anterior, y a diferencia de éste, es un húmedo pero acogedor sótano que me hizo pensar a primera impresión en “The Cavern”, viejo club de Liverpool que alojó a los Beatles innumerables veces antes de que alcancen la fama que llegaron a alcanzar.



Entrada del Munich

Pues bien, el Munich es también un rustico sótano cuyo ingreso asemeja un barril de vino; sin duda una de las cosas más simpáticas del lugar junto a sus largas mesas de madera donde uno puede sentarse a beber de un pequeño jarrón al lado de un extraño con quien tal vez solo se pueda tener en común el gusto y afición por la cerveza. Cuenta la historia que el local existe desde mediados del siglo pasado, inaugurado por Helga y Hans, pareja de esposos de alemania y suiza respectivamente, quienes decoraron el lugar al estilo de una vieja taberna alemana, para lo cual mandaron traer el clásico piano alemán que permanece ahí hasta hoy en día.

Barra del Munich

La gracia del Munich es su ambiente grata y rústicamente alienado a la europea y que nos hace sentir fuera de esta ciudad. Se dice que diversos personajes han llegado a puertas del Munich en busca de su clásica cerveza en jarrones; desde Brice Echenique hasta Abimael Guzmán.

Una cosa de la que me pude percatar esa noche fue el sabor particularmente amargo (pero agradable) de la cerveza. Aunque me aseguraron que era Cristal no supe atribuir la amargura a ningún factor en especial. Otra cosa curiosa del lugar son sus jarrones los cuales llevan escrito erróneamente “Miunich” en lugar de Munich.



Salí del Munich gratamente sorprendido y ya con los efectos del alcohol bebido a lo largo del recorrido. Mi siguiente y ultimo destino de la noche: El Queirolo. Si bien nos estábamos alejando un poco de la plaza San Martín, es un destino obligado en este tipo de recorridos por ser, tal vez, el más tradicional de todos los bares.


El Queirolo


Pasando por el remodelado Jirón Quilca, repleto ahora de restaurantes y buena iluminación, llegamos a la esquina con Camana. Eran mas de las 2 de la mañana cuando un apresurado mozo del lugar nos dijo que estaban cerrando y no nos atenderían. Al entrar, sin embargo, el encargado de turno nos invitó a pasar y ubicarnos en uno de los salones del fondo donde aun había sitio. El Queirolo es amplio, es frío y cálido a la vez y esta lleno de vida.

Cervezas y mucho pisco en El Queriolo bastaban para cerrar la noche y así fue. Sentados en nuestra sencilla mesita de madera disfrutamos hasta el ultimo momento del chilcano de pisco.

Barra del Queirolo


Pero para entonces el publico era escaso y era ya más la gente que se iba que la que llegaba. Luego de una ultima ida al baño, donde un tambaleante borracho me balbuceaba incongruencias mientras se orinaba a sí mismo en un intento por apuntar al urinario, decidí que era hora de partir. Volví a la mesa y miré a mi vaso con pisco, estaba aun a la mitad si es que no más arriba de la mitad, era el ultimo que quedaba sobre la mesa y no sabía si cerrar con él la noche de recorrido de bares en el centro de Lima. Finalmente me animé y de un solo sorbo terminé con la ultima gota de alcohol que nadie más estaba dispuesto a beber por esa noche. Gran error, es cierto, pero no lo supe sino hasta la mañana siguiente.

Esa noche salí del último de los bares con la sensación de haber conocido bastante. Sé que hay mil lugares más de los cuales hablar como el Superba, el Cordano y más, pero esos lo dejo para otra noche.

Me despido recordandoles que se animen a ir un poco más allá de lo cotidiano. Para quienes no conocen el centro, espero se hayan dado cuenta de la variedad de lugares para conocer. No es más peligroso ni mucho menos más caro (ir desde La Molina al centro en taxi es más barato que ir a Miraflores por ejemplo). Muchas veces por nunca animarnos a salir de la rutina nos podemos perder de conocer buenos y distintos lugares.

Los dejo con los links de los dos unicos lugares que he mencionado que tienen pagina web:

El Gran Hotel Bolivar
http://www.granhotelbolivarperu.com/

Estadio F.C.
http://www.estadio.com.pe/


Imágenes:

  • Página web del Hotel Bolivar
  • Página web de Estadio FC
  • www.ciudad-nn.blogspot.com

Por David Olano

El Olivar de San Isidro


Nunca fui de esos niños que frecuentaba El Olivar, realmente no tengo recuerdos de haber siquiera visitado debidamente este gran parque, considerado mas bien un bosque, de más de 450 años de antigüedad. Fue más bien por relatos de terceros que supe, en su momento, de la existencia de este gran y hermoso parque situado en el corazón de San Isidro. Ahora lamento no haberlo visitado antes pues, cuando niño, uno tiende a ver todo con mucha más magia y las diversas experiencias que me han contado, ya sea durante mi infancia o hasta hoy en día, me indican que El Olivar es de esos lugares que, vistos desde cierto punto de vista, son medio mágicos.

De niño una amiga me comentaba que frecuentaba El Olivar y lo imaginaba como un gran bosque habitado por duendes, también me decía que estos duendes habitaban en los enormes agujeros de los árboles de aceitunas, y como ese relato hubieron otros más provenientes de otras personas. No recuerdo mi reacción de niño en ese entonces ante esos relatos, lo que recuerdo es la primera vez, ya en edad adulta, que me percate de aquellos mágicos árboles de aceituna con enormes agujeros en el centro que le daban aspecto de árboles de cuento de hadas.


Hoy en día he caminado (ya concientemente) por El Olivar varias veces y me he percatado asimismo de muchos detalles que no conocía. Antes, por ejemplo, no sabía que se podía alimentar a las aves y que venden comida para ellas en los kioscos, no había visto nunca los cientos de aceitunas caídas de los olivos sobre el pasto, no sabía que existían tantas variedades de aves propias de la zona, etc. El Olivar es, a mi parecer ahora, una especie de refugio en medio del caos citadino, ideal para olvidar un poco los problemas de la agitada vida de la ciudad que esta ahí, a un paso nada más y sin embargo, ni se siente. En él, uno puede caminar y respirar un poco del aire fresco, trotar o simplemente distraerse con las aguas de su fuente u observando la amplia variedad de aves.

El Olivar, ubicado a 6 Km. de la Plaza Principal de Lima y con una extensión de 23 hectáreas, constituye hoy en día el centro de San Isidro y es el más característico de los elementos del distrito. No es solo uno de los principales pulmones de la ciudad sino un recuerdo viviente de nuestra historia pues simboliza la tradición virreinal y republicana de San Isidro. El Olivar alberga, además, la Municipalidad del distrito, la Biblioteca Municipal y su auditorio, una galería de arte y una hermosa laguna con piletas de agua y una atractiva iluminación nocturna.

El Olivar en el tiempo

La historia del Olivar comienza hace siglos, específicamente en el año 1560 cuando fueron traídos los primeros olivos que dieron nacimiento al bosque actual. Durante la época, el propietario de las tierras fue Gonzalo Pizarro y su Procurador y Alcalde fue don Antonio de Rivera, este último, encargado principal de la importación de los numerosos olivos, de los cuales tan solo sobrevivieron tres al viaje y fueron los únicos en poder ser plantados.

Bastaron 3 pequeños árboles de olivo para que comenzara la propagación inmediata. A partir de este dato histórico, cuenta una leyenda que fueron 3 ramas sembradas por San Martín de las cuales nació el inmenso bosque de olivos que conocemos hoy en día. Para 1730 El Olivar ya se había convertido en un bosque con 2,000 árboles y para 1828 superaba los 2,828 árboles. Pronto la zona pasó a ser la preferida de los primero habitantes de la zona, quienes comenzaron a construir sus casas en lugares cercanos y en el mismo Olivar. La primera urbanización creció a lo largo de la avenida Conquistadores. En el año 1777 el Conde de San Isidro adquirió los terrenos y se convirtió en el propietario definitivo del lugar, naciendo entonces el distrito de San Isidro, nombre con el que lo conocemos hasta hoy en día. Por supuesto que San Isidro no quedó ahí, creció para convertirse en el inmenso y moderno distrito que es hoy en día, y para albergar definitivamente al Olivar.

El 16 de diciembre del año 1959, El Olivar fue declarado Monumento Nacional por Resolución Suprema N° 5773 del Ministerio de Educación, gracias a la importancia de su arquitectura, sus características ambientales y por supuesto su importante historia. Lamentablemente esto no ha servido de mucho para evitar la ambición expansionista de algunos vecinos del lugar quienes han invadido el bosque con rejas y cercos. Incluso en 1998 se creó una gran controversia con respecto a la construcción de un edificio (Esquina de Santa Cruz con Mariano José de Arce ) cuya dimensión pudo haber creado una sombra suficientemente grande para interrumpir el proceso de fotosíntesis de los árboles. Felizmente, ante estos casos, la municipalidad de San Isidro ha iniciado ya un proceso para recuperar el terreno perdido y retirar cercos y rejas. Durante el año 2000 se realizó un censo de árboles en El Olivar, el cual considera 1519 árboles de olivo en la zona.


El Olivar como Ecosistema

Existen más de 15 variedades de aves que habitan en El Olivar, (siendo las más comunes las palomas, las tortolitas y los cuculíes), convirtiéndolo en el parque con mayor variedad de aves en todo Lima. Frente a la laguna existe un kiosco donde pueden comprar bolsitas de maíz para el que desee alimentarlas, hay además bancas a lo largo de todo El Olivar sobre las cuales uno puede descansar y dar de comer a las Palomas Domesticas, a la Tortolita Orejuda, a las Cuculíes y Tortolitas, que son las especies mas confiadas y se acercaran a recibir el alimento.

Entre otras, y más coloridas, variedades se pueden encontrar al Turtupilín de pecho rojo, al Botón de Oro, de color amarillo y al Tangará de color celeste. Desviando nuestras miradas un poco más abajo encontraremos entre los arbustos al Mielero, de color amarillo y mascara negra, mientras que, más abajo aún, podremos observar al Cucarachero cuyo color es marrón y suele estar siempre en la base de los árboles buscando insectos para comer.

Muy escondidos entre los árboles habitan la despeinada Mosqueta Silbadora, mientras que los Gorriones Americanos y los Gorriones Europeos prefieren merodear sobre los techos de las casas cercanas. Otra aves que habitan El Olivar y que más llaman la atención por su curiosa conducta son el Saltapalito, quien en época de apareo salta una y otra vez sobre la misma ramita del árbol, el Tordo Brilloso que suele dejar sus huevos en nidos de otras especies para ahorrarse el trabajo de criarlos y el colibrí Amazalia Costeña quien va de flor en flor buscando su alimento.

Pero El Olivar no sería un ecosistema completo sin no existiera la ley del más grande la cual podremos comprobar por las mañanas y las tardes, con mucha paciencia, para ver llegar al Gavilán Acanelado, causando caos en las especies más pequeñas al posarse de árbol en árbol a la espera de un descuido para comerse algún pichón descuidado.

El Olivar y sus alrededores


Pero no solo uno puede ir a ver aves; El Olivar es un lugar de descanso y distracción. Muy cerca de él encontrara una variedad de librerías en caso se decidan a comprar un libro. Están la librería Crisol en el óvalo Gutierrez y el Virrey en Miguel Dasso, las cuales, dicho sea de paso, tienen a la venta libros de bolsillo sobre las especies de aves que existen en El Olivar con fotos y descripciones de todas las ellas.

Si decide ir muy temprano, encontrará muy cerca del lugar lugares donde desayunar o comprar para llevar como Don Mamino en la avenida Conquistadores o La Baguette en Pardo y Aliaga. Frente a la iglesia Virgen del Pilar se encuentra el tradicional Café Ole donde venden desayunos más elaborados y completos. Si se encuentra por El Olivar a la hora del almuerzo existen también una infinita variedad de lugares a visitar cerca de la zona que van desde restaurants de comida rápida hasta restaurants gourmet. El Cartujo, ubicado frente a un pequeño parque con muchas aves, a comienzos de Libertadores y Camino Real es una buena opción.

Un dato que doy, tal vez a manera de advertencia para quienes buscan la paz del lugar, es que los viernes y sábados por la noche eviten el lugar pues muchas parejas de recién casados escogen El Olivar para sus fotografías matrimoniales, convirtiendo la zona en un singular espectáculo. Personalmente no me agrada y es un dato que, considero, debe ser de su conocimiento. Muy aparte de esto, encontraran en El Olivar: Galerías de arte, una biblioteca, buena comida, libros, aves, entretenimiento, pero sobretodo paz, mucha paz. Si aun no conocen El Olivar o no lo conocen debidamente, como hasta hace unos años era mi caso, anímense a dar una vuelta alrededor y simplemente disfruten de la tranquilidad de lugar, uno de los más hermosos lugares de Lima, lleno de historia y tradición.



Imagenes:
Municipalidad de San Isidro

http://www.munisanisidro.gob.pe/


Por David Olano

Descubriendo el "Parque de las Fuentes"

Hace ya unos nueve meses, en julio del 2007, se inauguró en Lima “El Circuito Mágico del Agua”, popularmente conocido como el “Parque de las Fuentes”. Más bien se trata de una reinauguración pues esta imponente obra ha sido construida sobre lo que toda la vida he conocido como “El Parque de la Reserva”. Escuché muchos comentarios esos días: Que batió un record Guinness, que mucha gente no aprobaba el nuevo parque, que estaban cobrando demasiado caro por entrar a un parque público, que la municipalidad de Lima no debía desperdiciar el agua cuando es tan escasa en cierto sectores, etc.

Fuente de la Fantasía


En aquel momento no tuve tiempo de empaparme en el tema y mucho menos en las aguas de sus fuentes. Vi algunos reportajes en la tele y fue suficiente; estaba entonces ocupado con un viaje de 3 meses que haría a Cusco en agosto y mi mente estaba puesta en los preparativos y no en el viejo parque de Santa Beatriz. Fue entonces que me fui de Lima y no visité el “Circuito Mágico” hasta el pasado diciembre. Mi impresión fue buena.


Un poco de Historia

Antes de comentar mis impresiones, considero necesario, por cultura general, repasar un poco la historia del parque desde sus inicios: El Parque de la Reserva, ubicado en Santa Beatriz, perteneciente al Cercado de Lima Metropolitana fue com
enzado a ser construido por orden del presidente Augusto B. Leguía a fines de 1926 y terminado en 1929. Diseñado por el arquitecto Claude Sheput, formaba parte antiguamente del Parque de la Exposición y contaba con numerosas esculturas de artistas peruanos del momento. El Parque de la Reserva lleva su nombre en honor a las tropas reservistas que participaron en la Guerra con Chile en defensa de la ciudad en las batallas de San Juan y Miraflores.

En 1980 el parque fue declarado Patrimonio Histórico de la Nación y a mediados de los 80 fue completamente enrejado debido a la invasión que sufrió por parte de delincuentes y drogadictos. En el año 2000, luego de un esforzado tr
abajo de remodelación y recuperación, fue reabierto al publico.

En el 2006, el alcalde Luis Castañeda Lossio comenzó a construir el complejo de fuentes con un costo aproximado de US$13'000.000. Por entonces ya la gente comenzaba a discrepar con la obra por la construcción de fuentes de agua en patrimonio cultural, por haber modificado la estructura y el area en general del parque y por el cobro de ingreso. El 26 de julio del 2007, aprovechando las Fiestas Patrias, se inauguró el “Circuito Mágico del Agua” y desde entonces ha sido tan concurrido que el primero de marzo recibió a su visitante numero 2,000,000.

Mi visita al Circuito Mágico del Agua

Antes de recibir a su visitante 2,000,000, el parque me recibió a mí una calurosa noche de diciembre cuando asistí con un grupo de amigos extranjeros que hice en Cusco, entre los que se encontraban un alemán y un danés quienes fueron los más maravillados con el lugar y comentaron que no tienen nada parecido en sus países. Si, en ese momento sentí orgullo, pero al margen de esto, quedé gratamente impresionado por esas 13 fuentes ornamentales que han batido el record Guinness por ser el “Complejo de Fuentes más Grande del Mundo en un parque público” y que voy a detallar a continuación.

Mi primera impresión no fue tan buena pues vi que, además de seguir enrejado (aunque tal vez esto es inevitable), hay que pagar S./ 4. por entrar. Lo que cuestiono es lo contradictorio de la situación, es decir o pierde la categoría de parque publico o deja de cobrar. Pero esa fue sólo mi primera impresión, más adelante me di cuenta que sin un cobro adecuado sería imposible mantener la belleza del lugar.

Lo primero que llamó la atención al e
ntrar fue el imponente chorro de agua proveniente de La Fuente Mágica, sin duda la atracción principal del parque gracias a la potente fuerza con que el chorro es lanzado hacia lo alto a una distancia de 80 mts. Pero no solo eso; La Fuente Mágica tiene efectos visuales y música de fondo la cual te captura e hipnotiza por un largo rato. La música generalmente es una especia de rock progresivo que te invita a quedarte y no moverte hacia otra fuente. Alrededor de la fuente, decenas de personas aprovechan la belleza de las aguas y el calor de la noche de verano para tomar fotos y empaparse en las recicladas aguas de la fuente principal. No soy de los que les guste andar jugando con el agua y mojarse en la calle pero debo decir que no hay mejor sensación que sentir la bruma artificial de La Fuente Mágica en una noche calurosa.


A continuación, la segunda fuente de mi recorrido fue La Fuente de la Fantasía, un espectáculo coreográfico de las aguas interpretado impecablemente por el conjunto de chorros e iluminación que sincronizadas a la perfección bailan para nosotros al compás de música clásica y que, de paso, sirven como música de fondo a la totalidad del parque. Esta fuente junto a La Fuente Mágica, son, en mi opinión, las más imponentes del lugar, la una en tamaño y la otra en belleza y armonía.

Luego llega el momento de retroceder, más que nada porque uno en este momento aun no sabe hacia donde ir pero también con la conciencia de haberse uno precipitado a las fuentes más grandes y llamativas y, tal vez, haber dejado alguna atrás. Es así como descubrí La Fuente de los Deseos, la cual consiste en un río de 110 mts. de recorrido que bordea una pequeña construcción bastante agradable que me recuerda a una casita de cuentos de hadas. La fuente emana pequeños chorros de agua verticales por momentos y pequeñas emanaciones de agua muy rápidas que asemejan fuegos artificiales en miniatura. Debido a su nombre la gente suele echar algunas monedas al fondo de la fuente, al menos eso me han dicho pero no he podido constatarlo.

La Fuente de los Deseos

La Fuente de la Ilusión, cuarta fuente en mi recorrido, se caracteriza por su riqueza de colores los cuales, llegan a predominar sobre belleza de sus aguas, a las cuales se les ha dado un efecto caudaloso y nos transmiten, además de colores fuertes, una potencia poco vista en otras de las fuentes. El nombre de la fuente esta dado por las “Pompas de Ilusión” creadas por efecto de la pulverización del chorro y asemeja una perfecta nube multicolor y circular.


La Fuente de la Ilusión

Caminando aun más por el parque, nos topamos con La Fuente de la Vida, conformada por una estructura un poco extraña pero hermosa, de forma cilíndrica formada por tubos de acero que dan la sensación de ser un atado de tubos los cuales sirven como marco para el nacimiento de diversos chorros de agua de altura e intensidad variables. Se dice que esta fuente “representa a la vida como manantial inagotable de fuerza creadora y evolutiva”


La Fuente de la Vida


La Fuente de las Tradiciones, la siguiente en ser visitada, se encuentra en medio de un estanque de agua cuidadosamente iluminado y esta constituida por un enorme escultura en pedestal con motivos indígenas e las cuales nacen diversos chorros de agua que van en sentido contrario a los chorros que nacen en el mismo estanque.



La Fuente de las Tradiciones



A continuación el paseo cobra un aire infantil y rompe el esquema general de las fuentes anteriores, y es que nos encontramos ante las dos fuentes más juguetonas del circuito. La primera de ellas, como no podría ser de otra manera, es la Fuente de los Niños, la cual es más que nada una fuente subterránea que está compuesta en su parte superior por una cuadricula de 36 cuadros formada por rejillas y que interactúa con los niños (y publico en general) a través de sus chorros verticales que emergen aleatoriamente, creando un factor sorpresa con el cual a los niños les encanta jugar.


La Fuente de los Niños


La segunda fuente que interactúa con el público es el Laberinto del Ensueño el cual esta formado por paredes de agua de diversos efectos sorpresa como diversos chorros de agua que salen al azar con diferente altura que terminan creando una coreografía dispareja pero bastante agradable a la vez. Si tienen pensado “meterse” o “jugar” con estas fuentes, olvídense de salir con la ropa seca. Por supuesto, yo me mantuve bastante alejado de ellas.


Fuente Laberinto del Ensueño


Ahora, antes de abandonar esta zona del parque y cruzar por el túnel subterráneo hacia mi puerta de salida, encontré mi fuente favorita, adecuadamente bautizada como Túnel de las Sorpresas: Un túnel de 35 metros de longitud, de increíble iluminación naranja a través del cual uno puede transitar, previa cola junto a todos los visitantes del parque que quieren pasar también, claro está. No entiendo muy bien porque es el ”Túnel de las sorpresas” y no simplemente el “Túnel”, pero vale la pena pasar por debajo y recomiendo mirar fijamente a la parte superior del túnel mientras se esta dentro; es una sensación increíble.




Fuente Tunel de las Sorpresas

A continuación viene el cambio de zona (se acabaron las fuentes y hay que moverse hacia el otro sector del parque), para lo cual hay que atravesar un túnel subterráneo bastante didáctico, esta vez de concreto y no de agua, que nos muestra algunas obras ejecutadas, en ejecución y por ejecutar en todo Lima al lado izquierdo de su pared y un poco de la historia del parque y sus fuentes al lado derecho de su pared.

El fin del túnel nos guía directo a La Fuente Arcoiris, una hermosa fuente de colores con forma de arco que esta constituido por varias hileras de chorros de agua verticales de diversas alturas y colores que, efectivamente, asemejan un bello arcoiris.

La Fuente Arcoiris


A continuación y ya llegando a la recta final, encontramos la Fuente de la Armonía, otra de mis favoritas. Esta fuente es sencillamente una pirámide con iluminación naranja, cuyos lados están formados por chorros de agua precisamente diseñados para formar una perfecta red acuática que envuelve magistralmente a la pirámide. Tal vez no hay mucho que decir de esta fuente (y lo mismo puedo decir de muchas otras), pues es necesario presenciarla más que leer sobre ella.




La Fuente de la Armonia

Para terminar el recorrido y darnos la despedida esta la Fuente Cúpula Visitable. Si bien su nombre sea confuso y, en mi opinión, pésimamente elegido, es otra de las fuentes que mas llama mi atención. Consiste en un estanque en forma circular cuya parte superior es adornada por una corona de vapor formada por el encuentro de todos los chorros de agua que emergen desde el exterior a una distancia suficientemente amplia para que la gente “entre” en la fuente y se sienta dentro de las aguas. Esta fuente es definitivamente la que más se presta para las fotos de miles de visitantes y la mas conocida a través de las fotografías por la facilidad que ofrece para acercarse y por el fondo tan increíble que permite capturar con la cámara.


Fuente de la Cupula Visitable


Aquí es donde terminó mi recorrido por el parque, al menos el primero que hice. Mas adelante vinieron mas amigos voluntarios que conocí en Cusco y repetí la experiencia una vez más este verano llevado por su insistencia en querer conocer el lugar. Todos me repiten lo mismo, me dicen que es un lugar impresionante, que no tienen nada parecido a sus países primer mundistas. Es cierto, es impresionante, es divertido y es un orgullo. Es un lugar mágico donde sus protagonistas, el agua la luz y la armonía se ponen de acuerdo para brindarnos un espectáculo con una calidad impresionante.

Para aquellas personas que se quejan del cobro de entrada les digo que me parece inevitable para mantener la belleza del lugar, tal vez mas adelante, cuando cubran el costo de inversión el precio baje, tal vez en un futuro no cobren, quien sabe, lo cierto es que es un lugar digno de ser visitado. Las aguas, contrario a lo que piensan muchas personas, son recicladas, existe una ingeniería hidráulica monumental en el lugar que permite una optima recirculación de las aguas entre las fuentes, por lo tanto, no están echando al desagüe el agua que otros limeños necesitan como muchos detractores piensan.

¡Anímense y descubran El Circuito Mágico del Agua! Si lo hacen, preocupren que sea de noche para apreciar los colores.


INFORMACIÓN GENERAL: El Circuito Mágico del Agua se encuentra ubicado en la cuadra 7 de la Av. Arequipa. La puerta de ingreso principal se encuentra ubicada en el cruce de la Av. Arequipa con el Jr. Aranibar.
Días de atención: Miércoles , Jueves, Viernes , Sábados, Domingos y Feriados.
Ingreso y boletería: Puerta 1 y 9
Horario de atención: Desde las 4:00 pm. hasta las 10:00 pm.
Espectáculo en la Fuente de la Fantasia ( momento en que ponen en marcha todos los efectos luminosos) horario: 6:30 pm, 8:00 pm, 9:30 pm y 10:30 pm
Entrada General: S/ 4.00
Cierre del Parque: 11 pm.
Ingreso Libre: Niños menores de 4 años acompañados por adultos.

Imagenes:
Folleto del Parque de la Reserva.



Por David Olano