Sobrevolando Lima

La mejor prueba de que Lima tiene variedad para todos los gusto es la siguiente: Se puede hacer deportes de aventura sin ir más allá de Miraflores, y se puede tener una increible visión panorámica de Lima que te ofrece la oportunidad de volar nada menos que al borde de los acantilados miraflorinos,

Para aquellos que deseen aventurarse a volar aquí cierta información básica que les permitira realizar sus sueños.


Lima tiene varias area idoneas para realizar este tipo de actividad pero nos vamos a enfocar en la Costa Verde por estar ubicada en el mismo centro dela ciudad y por ser la más comoda de las opciones para muchos, y a su vez la que nos regala una de las vistas más maravillosas de todas.




Al lugar de despegue se denomina parapuerto y se puede encontrar en el mismisimo malecón, al lado del parque del amor. A continuación, y depenediendo de las condiciones del viento, uno puede aventurarse s volar o no. EL vuelo es muy dinámico y el viento, por lo general suave, nos permiten una navegación segura y estable. Una de las ventajas de esta area es el poder sobrevolar el oceano al lado de la capital y, a su vez, hacer un recorrido a lo largo de las azoteas de los edificios a lo largo de Miraflroes y hasta Barranco. Es justamente en este distrito que se desarrolla la altura más elevada que puede alcanzar entre los 500 y los 700 metros sobre el nivel de nuestra ciudad.

Tanto la vista, como la experiencia hacen de esta una actividad que vale la pena. Los precios varian y no hay nada mejor que pedir información en el mismo lugar de los despegues y aterrizajes: en el malecón de Miraflores.







¡Buen vuelo!


Por David Olano

En las alturas de Marcahuasi

Nuevamente, y para seguir con esta idea de escapar de vez en cuando de nuestra amada ciudad, les presento un nuevo destino, bastante conocido por la mayoría de personas y bastante cercano a Lima también: Marcauasi.

Esta extraña meseta de origen volcánico de aproximadamente unos 4 kilometros, esta situada sobre una altísima montaña ubicada en las alturas de Lima, en la provincia de Huaochirí, esta situada a más de 3950 metros sobre el nivel del mar, y para llegar a ella es necesario primero llegar a San Pedro de Casta, ciudad que sirve de entrada principal antes de realizar la agotadora ascención a uno de los escenarios más bellos que Lima pueda ofrecer.

Pues bien, antes que nada, es necesario llegar a San Pedro de Casta, y npara llegar ahi se debe legar primero a Santa Eulalia, localidad situada un poco más arriba de Chosica. Estando en Santa Eulalia, es necesario ascender 30 kilometros en auto por una empinada y angosta subida que nos deja directamente en San Pedro.


Estando en San Pedro, se pueden contratar servicios de guias así como burros o caballos para la subida. Estos últimos son muy necesarios en caso no tengamos físico adecuado para las tres horas que hay que caminar cuesta arriba a casi 4,000 metros sobre el nivel del mar. Como dato adicional, en San Pedro se festeja en octubre la Fiesta del Agua en octubre.

Lo primero que vemos al llegar es el Anfiteatro, nomre dado a la zona denominada para acampar en Marcahuasi. Este lugar es un amplio terreno llano rodeado de formaciones rocosas esculpidas caprichosamente por la erosión del viento y con una belleza singular y muy particular entre una y la otra.


Una vez ahí, y luego del correspondiente y obligatorio descanso post ascensión, se puede inspeccionar los alrededores donde se encointrará toda una variedad de formaciones rocosas naturales y talladas por el hombre durante los siglos 100 a 80 a.c por una inteligente civilización con conocimientos misticos y astrológicos. No es coincidencia que por ello Marcahuasi sea el observatorio de estrellas natural por excelencia en Lima.


Y por supuesto, la estrella y principal motivo de visitas a Marcahuasi también puede ser descubierta a los alrededores y se trata de la piedra de los rostros; formación rocosa que aemeja la forma de varios rostros dependiendo desde dodne sea vista.

No se pueden perder de Marcahuasi y de todo lo que representa: magia, misticismo, aventura, los mejores atardeceres del departamento y por supuesto el nocturno cielo estrellado,sin lugar a dudas el más despejadod e Lima y uno de los más hermosos del país.

Sugerencias: lleven ropa para clima frio pues en Marcahuasi la temperatura es muy baja y los vientos son helados, lleven mucha agua para beber y para el aseo personal pues estando arriba es imposible encontrar agua y por último, sujeten bien sus carpas pues el viento suele ser cruel en Marcahuasi. Ah una cosa más, para los fanaticos de la ufología: ¡dicen que Marcahuasi es zona contnua de avistamiento de ovnis!


Por David Olano

El Mirabus

Si compararamos Lima con Londres no cabría lugar en la pagina para anotar todas las diferencias que existen entre estas dos grandes orbes. Por supuesto que la del viejo mundo más grande, moderna e imponente que la segunda, más nueva y caotica; nuestra amada Lima. Pero si hay algo que sí tenemos parecido es nuestro humilde bus estilo londinense doble decker más conocido como "Mirabus", el cual no es más que nuestro propio bus rojo de dos niveles para hacer recorridos turisticos por Miraflores...Y vaya que vale la pena hacerlo.
Si bien es cierto ultimamente Miraflores no es precisamente el distrito visualmente más impactante de Lima (cables telefónicos y de alta tension a diestra y siniestra y arquitectura irregular y nada vislumbrante), un amable guía se encarga de amenizar el tour movil al aire libre con anecdotas de lugares y tradiciones relacionadas a la literatura e incluso al arte culinario, además de una recolección de datos históricos sobre la guerra del Pacifico al pasar por el Parque del reducto. También se torna interesante el paseo a la altura de la huaca Pucllana.


la parte hermosa, visualmente hablando, del tour transcurre a lo largo del malecón de Miraflroes, sin lugar a dudas una de las vistas más bellas e impresionantes que tiene Lima y que, particularmente, en los atardeceres de verano ofrece una de las puestas de sol más bellas que hay, esas en las que el cielo se torna naranja con rojo y vainilla.


Ahora, existen variados tor, unos de día y otros de noche, unos que te llevan hasta el mismisimo Centro Histórico de Lima (visita al paseo de las aguas y un pisco sour en el Bolivar incluido) y otros que te llevan hasta Pachacamac. Es custión de averiguar, y para ello la mejor fuente es la web: http://www.mirabusperu.com/, donde podran encontrar información de precios y reservas.






Bastante recomendable.



Por David Olano

Lima también tiene sierra: Canta


Lima ciudad de tradiciones y plagada de historias, esconde muchos secretos, eso lo sabemos todos y ha quedado bastante claro. ¿Pero que existe un poco más allá de lo conocido? ¿Que tal sería averiguar que ofrece Lima pasando los límites de las áreas urbanas donde uno se moviliza a diario?

Lima tiene de todo un poco y ofrece entretenimiento para todos los gustos, pero cuando el caos citadino, la bruma invernal o simplemente los claxones de las calles nos aturden, existen muchísimas opciones por descubrir y lugares adonde escapar: canta es uno de ellos.

Canta esta ubicada al noreste de Lima y para llegar ahí, el primer paso a dar es salir a la avenida Universitaria desde donde se recorren alrededor de 80 kilómetros para llegar ahí. Para los que no están familiarizados con las rutas de salida de Lima, bueno pues basta con ir al ovalo Santa Anita en Ate de donde se debe tomar un bus hacia la UNI, frente a la cual se encuentra el paradero (y terminal) de “El Chaperito”, bus que te lleva directamente a Canta por 12 soles.

El recorrido dura alrededor de unas 3 horas, aunque puede parecer más porque el paisaje a partir de determinado punto; se torna bastante repetitivo.


Vista de Canta

Canta parece un pueblito casi olvidado, difícil de comparar con otro lugar que conozca excepto algunos de los pueblos cercanos a Huancayo que he visitado antes, es decir, ofrece un típico y maravilloso paisaje serrano difícil o imposible de encontrar en la misma ciudad de Lima. Fue noviembre la época del año en que viajé y a pesar de esto, el cielo estaba gris en Canta por lo que hay que ser precavido pues un frío casi invernal nos puede sorprender al llegar.

Hay vendedores a la llegada del bus, todos ubicados muy cerca del paradero final, recomiendo los tamalitos, típicos de canta, son buenísimos como un aperitivo de bienvenida.

Pero si bien Canta tiene sus encantos; no hay mucho por hacer precisamente ahí, es más recomendable ir a Obrajillo, pequeño pueblo ubicado en la misma provincia y que está a pocos kilómetros y se puede hacer el trayecto a pie por un camino muy pintoresco por el que caminas a través del valle entre vacas y caballos a la vez que uno respira aire fresco y se deleita con el paisaje natural imposible de encontrar en la ciudad.

Caida de agua en la cercanias de Obrajillo


En Obrajillo no es difícil encontrar donde dormir, tal vez los hospedajes no son muy lujosos pero son lo suficientemente cómodos para pasar una o dos noches. Tienen lo básico como televisión y agua caliente. Se encuentran precios variados pero no es necesario pagar más de unos 30 soles.



Plaza principal de Obrajillo


Obrajillo, tal como Canta en su pueblito bastante deshabitado, tiene poquísimos habitantes y poquísimos negocios también, y esta adornado de una plaza principal muy vacía pero bonita. Otra de sus principales atracciones es su criadero de truchas, ubicado muy cerca del pequeño pueblo. Ambos son pueblitos bastante pintorescos y se caracterizan por tener un muy buen clima y un increíble paisaje natural.

Típica calle de Obrajillo


Alrededor de la placita de Obrajillo se encuentran algunos lugares para comer. Recomiendo la trucha de Obrajillo como almuerzo en estos lugares. También hay una discoteca, una mini discoteca en realidad, la única del lugar, donde se puede disfrutar de algunos tragos por las noches. Recomiendo la sangría, la algarrobina y la piña colada del lugar que según lo que pude constatar y lo que he averiguado, son lo mejor del lugar.

Como desayuno, recomiendo los chicharrones en Obrajillo, son sin duda de lo mejor que hay en los restaurantes alrededor de la plaza. Al que le guste la leche fresca también es un buen lugar para pedirla.


Si buscan recreación pueden contratar un caballo por 20 soles y realizar diversos recorridos por los alrededores, recorriendo entre los cerros y a lo largo del río, diversas locaciones de interés y que francamente son bastante interesantes como el pueblo “fantasma”, el lugar reservado para acampar al aire libre, la rivera del río, muy apta para tomar un baño. De por sí Obrajillo es un lugar hermoso y las aguas cristalinas de su río son dignas de mención, pero no hay mejor manera de aproximarse a ellas y de entrar en este hermoso contacto con la naturaleza que adentrándose en la vegetación, ya sea a caballo o a pie y poder aproximarse a la belleza de estas locaciones.

Para volver a Lima es necesario retornar a canta pues es ahí donde se ubica el paradero de “El Chaperito”. Antes de volver a recomiendo comprar algunas cosas típicas del lugar como manjarblancos, mantequilla, panes del lugar, queso canten (muy conocido), carne de res y por supuesto los tamalitos. Si se animan, pueden comprar también truchas frescas para llevar, las vende por kilos; esto si no se tiene el inconveniente de cargar con pescados en la mochila.
Espero se animen a descubrir Canta y Obrajillo, son lugares dignos de concoer y un verdadero escape a la tranquilidad.

Imagenes:
peruturismo.com
viajeros.com
foresttoursperu.com



Por David Olano

Lima en miniatura


El siguiente es un pequeño articulo sobre con un pequeño lugar que tuve oportunidad de visitar. Me refiero a la nueva muestra que se esta haciendo sobre nuestra ciudad en miniatura hace un par de semanas en el Parque de los Proceres, ahora llamado "Parque Minimundo", en la cuadra 7 de la avenida Salaverry. El pequeño parque tiene importancia por ser el primer centro de recreacion con modelos en miniatura de nuestra ciudad. Esta pequeña exposición, para quienes no lo saben, es considerada como la PRIMERA CIUDAD EN MINIATURA DE AMÉRICA LATINA y se encuentra en Jesus María.


El recorrido es corto y el parque es pequeño por lo cual en media hora ya se ha visto todo, al menos si no contratas al guia que te ayuda a comprender el recorrido. Lo más simpático que podemos encontrar en "Minimundo" son los modelos arquitectonicos a escala de las construcciones limeñas más representativas, sobretodo del centro historico de nuestra ciudad cuyos edificios han sido cuidadosamente elaborados por arquitectos y artesanos peruanos los cuales han sabido alcanzar una perfección increiblemente buena como por ejemplo en sus réplicas de Los Palacios de Gobierno y Justicia, el Hotel Sheraton, el Congreso de la República, las plazas Dos de Mayo, Grau, Bolognesi y Gálvez, el Centro Cívico, la Catedral de Lima y la Iglesia de San Francisco. Algunas de estas obras de arte han sido talladas en piedra de Huamanga, lo cual constituyó un verdadero reto para los artistas y otorga un mayor impacto visual. No hay muchas muestras a escala aparte de éstas pero la exposición promete aumentar paulatinamente sus réplicas con el paso del tiempo.



Entre otras cosas interesantes podemos apreciar (y esto es una cosa que me fascinó pues sus trencitos me transportaron a la infancia) son las diversas maquetas que emulan los diversos paisajes que encontramos en el Perú (hay una en particular que en un comienzo pensé que representaba a La Oroya pero luego descubrí que era ficticia) y otros que representan diversos paisajes de ciudades del extranjero. Toda estas maquetas estan adornadas con elementos que hacen verlas de una manera más realista y a la vez encantadora.




Recomiendo la visita al lugar. Lamentablemente el día que fui había muy poca gente (no más de 8 personas más) y espero que no sea así siempre, porque es un pequeño recorrido muy simpático. Tal vez lo único criticable es el costo de la entrada un poco alto (S./ 8) pero todo lo demás está muy bien. El lugar cuenta con una cafetería muy simpática y limpia y unos baños impecables.



Por David Olano

El Presbitero Matias Maestro

Conocí el cementerio Presbítero Maestro, ubicado con sus enormes veinte hectáreas en la zona conocida como Barrios Altos, hace aproximadamente un par de años, en una noche de teatro y de luna llena. Hace no muchos años atrás, cuando aun tenía la mentalidad un poco cerrada para descubrir cosas nuevas, no hubiera concebido la idea de visitar un cementerio de noche, no solo por el tema de los espíritus y el miedo, cosas a las que, por cierto, les tengo muchísimo respeto, sino mas bien por no encontrar para nada divertida la idea de convertir la visita a un cementerio en un paseo de entretenimiento. Pues bien, me equivoqué, el Presbítero Maestro no es solamente un cementerio, es más como un museo; el más asombroso museo dedicado a las almas que lo habitan que pueda existir.

He ido al cementerio dos veces. Quiero decir, he ido al Presbítero Maestro dos veces pues, lamentablemente, he tenido que visitar otros cementerios algunas veces más en mi vida. La primera vez que asistí, como ya mencioné, fue de noche y no pude apreciar al máximo los detalles, aunque noté, desde el primer momento, la majestuosidad del lugar. Esa noche fue noche de teatro; la obra era Don Juan Tenorio (Bastante buena) y fui llevado casi a rastras al lugar, en primer lugar porque no soy muy adicto al teatro y en segundo porque ir a un cementerio de noche representa para mi una cuestión casi tan respetuosa como jugar a la ouija. No sé si mi temor a los espíritus es mayor a mi respeto por los muertos o que, lo cierto es que la conjunción de ambas cosas provocó en mi un semi rechazo prejuicioso en cuanto a visitar un cementerio de noche.


No hubiera imaginado aquel viejo cementerio como lo vi esa noche. Pensé que tan solo lo usarían como locación mas no imaginé que terminaría convirtiéndose en el personaje mas importante de la obra y la razón por la cual se llevó todos mis aplausos...y no soy de las personas que aplauden. Me impactó desde el primer instante, desde que conocí su entrada y me sentí rodeado de historia por donde quiera que dirigiera la mirada, por donde quiera que estuvieran esos mausoleos adornados con antorchas a la luz de la luna y con ese frío invernal que te congela hasta los huesos pero que hace aun más interesante la experiencia. Esa noche no solo cambió mi opinión sobre visitar un cementerio de noche sino que desde entonces vengo recomendando a quien no lo conozca aún, que aproveche sus visitas guiadas de luna llena todos los jueves a fin de mes.


La Historia del Cementerio

Antes de continuar mis experiencias personales en el Presbítero Maestro haré una reseña de lo que es la historia del cementerio y es que, una obra como esta, no puede ser simplemente contada sin que se mencionen sus orígenes, los cuales fueron dados dos siglos atrás, cuando aun estaba el país bajo dominio español.


El Cementerio Presbítero Matías Mateo fue inaugurado hace exactamente 200 años, en el año 1808 durante el virreinato de José Fernando de Abascal y Sousa, bajo la dirección del sacerdote, pintor, arquitecto y escultor (una especie de mil oficios de la época) español Matías Maestro. Su construcción representa uno de los símbolos más claros del imponente estilo neoclásico que comenzaba a llegar a Lima.




Fue de gran importancia por ser el primer cementerio civil de la época pues antes de eso, la gente enterraba a los muertos debajo de las iglesias y los conventos, en las criptas y catacumbas especialmente designadas para ello. Este hecho, como no podría haber sido de otra manera, pues estamos hablando de Lima, ciudad cucufata por excelencia, causó indignación en la mayor parte e la población quienes no podían concebir que los restos mortales de sus seres queridos no descansen en terreno santo.



El Primer Ilustre Fallecido

Al genio español Matías Maestro le fue encargada la construcción y diseño del cementerio a raíz de sus pocas pero brillantes intervenciones arquitectónicas en la ciudad. Sin embargo, es el cementerio en cuestión la mas brillante de sus obras, convirtiéndose rápidamente en uno de los espacios mas hermosos de la antigua Lima.

Pues bien, si hay algo del legendario cementerio que no estaba planificado era su nombre de bautizo. Sucede que su nombre original iba a ser Cementerio General de Lima pero lamentablemente, el último de los meritos de Matías Maestro fue fallecer mientras trabajaba en la fachada del lugar, justo a tiempo para inaugurar la primera tumba y re bautizar al cementerio con su nombre.


El Cementerio en la actualidad

Fue la segunda vez que fui al cementerio, en esta ocasión de día, que pude apreciar muchísimo más las obras de arte que alberga. Antes de hacer mención de ellas quiero advertir a quien vaya de día, es decir, o sea, sin el motivo de los paseos guiados, que la atención es bastante mala: Me recibió un portero malhumorado, sucio y muy mal vestido quien no quiso que ingrese con cámara de fotos (pidió como condición que deje el rollo por lo que asumo que no se había percatado que vivimos en la era digital)y nos siguió gran parte del recorrido para asegurarse que no saquemos una y fotografiemos clandestinamente. Ya que menciono esto, les informo también que no hay cosa más fácil que lograr tomar fotos pues tarde o temprano se pierde de vista a cualquier personal del cementerio y se puede fotografiar con comodidad la diversidad de lápidas, monumentos y mausoleos de familias acomodadas y de héroes nacionales adornadas con esculturas de mármol.

Lo más interesante del cementerio, aparte de su combinación de estilos arquitectónicos y escultóricos de los siglos XIX y XX, son las diversas tumbas de numerosos personajes históricos del Perú, además del imponente mausoleo erigido en honor de los héroes de la guerra del pacífico. Estando ahí parado sentía como si fuese yo mismo parte de la historia, esa que nos han enseñado en los colegios sin profundizar más allá de lo que dice un libro de texto y sin hacernos saber que la mejor lección es conocer de cerca la historia. Nada mejor para despertar el interés de uno.



Aunque suene difícil de creer, existen mas de 700 mausoleos de familias acomodadas y héroes nacionales en el cementerio, además, contiene una de las mayores colecciones de esculturas europeas que exista en América Latina, predominando en ellas el mármol, pero también las hay de hierro, bronce y piedra.

Algunos de los más renombrados artistas que lucen póstumamente sus obras en el Presbítero Maestro son el español Damián Campeny; los franceses Louis Ernet Barrias, Emile Robert y Antonin Mercie (estos dos últimos responsables de la cripta de los héroes) y los italianos Ulderrico Tenderini, Giovanni Battista, Pietro Costa y Rinaldo Rinaldi, todos ellos famosos en su época gracias a su arte.


Pero no solo podemos encontrar obras de aristas extranjeros; muchos escultores peruanos de mediados del siglos XX más que nada, han dejado su propia huella en el cementerio como Romano Espinoza con su monumento fúnebre a Sánchez Cerro, Luis Agurto con sus esculturas en bronce dedicadas a Oscar R. Benavides en su mausoleo, Artemio Ocaña con su bello mausoleo para Eloy G. Ureta, Aldo Rossi y su angel para el monumento fúnebre de Francisco Graña y Eduardo Gastelú con su mausoleo a Pastor Fry.

Pero lo más asombroso, a mi parecer, es poder visitar las tumbas y mausoleos de los personajes que construyeron la historia de nuestro país como por ejemplo:

Ciro Alegría
José de la Riva Agüero
Víctor Larco Herrera
Antonio Raimondi
Daniel Alcides Carrión
Manuel Gonzales Prada
Ricardo Palma
Abraham Valdelomar
Nicolás de Piérola
Luis Miguel Sánchez Cerro
Felipe Pinglo Alva
José Carlos Mariátegui
José Santos Chocano
Óscar R. Benavides
Manuel Bonilla
Eduardo de Habich
Augusto B. Leguía
Manuel Prado

Y, por supuesto, el mismisimo Matías Maestro

Por otro lado, la “Cripta de los Héroes”, alberga 234 nichos pertenecientes a los Defensores de diversas batallas de la Guerra del Pacífico, mientras que en su atrio central luce el sarcófago del Mariscal Andres Avelino Cáceres. Así mismo, la “Cripta de los Héroes”, alberga, además, los restos de muchísimos combatientes anónimos hallados en los campos de las batallas de Tarapacá y Angamos; Tacna y Arica; San Juan, Chorrillos y Miraflores; Huamachuco y San Pablo.

Pero es en el segundo nivel inferior donde yacen los más importantes héroes que la patria haya visto nacer:

Manuel Melitón Carvajal
Narciso de la Colina
Juan Fanning
Enrique Palacios Mendiburu
Leoncio Prado,
Pedro Ruiz Gallo
Alfonso Ugarte
Francisco Bolognesi
Miguel Grau

Entre otros héroes y muchísimos nombres más de colegios.

Es tal vez esta la razón de la importancia del cementerio, el cual ha sido declarado patrimonio monumental en 1972 y considerado museo en 1999. Si bien su estado de conservación, debo decir, no es optimo, la iniciativa de crear el recorrido nocturno y las visitas guiadas han mejorado su aspecto y, por su enorme potencial turístico y su invalorable riqueza testimonial, se espera que pronto se pueda organizar un mejor sistema de mantenimiento.

No olviden que visitar el Presbítero Maestro es hacer también un recorrido por lo que es la ultima morada de los personajes que se convirtieron en parte de nuestra historia, de hombres y mujeres que dejaron huella en nuestro país. Gracias a una iniciativa de la Beneficencia de Lima Metropolitana, se programan ahora los últimos jueves de cada mes los recorridos nocturnos, con la finalidad de que todos conozcamos un poco más de la historia de nuestro país y de que podamos apreciar los bellos mausoleos elaborados por los más grandes escultores de hace dos siglos. Durante estas visitas se nos cuenta, además, un poco sobre las vidas y anécdotas de los personajes más destacados.

Esta de más decir que es una visita altamente recomendable. No he tenido el gusto de hacerla pero luego de dos visitas que hice por mi cuenta, una de noche y la otra de día, puedo decir que conozco el cementerio y definitivamente lo recomiendo. Estar parado al lado de los restos de quien en vida fueron esos personajes sobre los cuales crecimos oyendo, aquellos que dan sus nombres a calles y avenidas que a diario transitamos y aquellos que tienen una historia importantísima digan de ser contada. ¡Olvídense del miedo y anímense a ir al cementerio!

Algunos ejemplos de las obras de arte que pueden encontrar en el Presbitero Maestro:







Las visitas de “Noches de luna llena” se realizan el último jueves de cada mes y la venta de entradas es en el local de la Beneficencia de Lima Metropolitana.

Venta de entradas:
Local de la Beneficencia de Lima Metropolitana.Dirección: Jirón Carabaya 641, Lima.
EntradasAdultos : S/. 10 Niños: S/. 5
Mayores informes al 4273798



Para quienes deseen visitar el cementerio por su cuenta:
Dirección
Avenida Ancash, Cuadra 17, Lima
Teléfono:
51 1 385 2084


Imágenes:





Por David Olano

Algunos Bares del Centro


No había pisado el renombrado hotel Bolívar hasta diciembre del año pasado; una visita a su bar fue suficiente para enamorarme de aquel lugar en el cual uno se siente de regreso a los años cincuenta y puede experimentar la extraña y agradable sensación de estar en el hotel de “El Resplandor”. Todo en él es interesante, sus acabados, sus pasillos y hasta sus baños, pero sobretodo su pisco sour; el mejor que he probado en mi vida. Más allá del bar del hotel, existen una serie de elementos en los alrededores que dejan a cualquiera maravillado. La plaza San Martín, por ejemplo, es una de las más hermosas de Lima y su perfecta iluminación nocturna sirven de marco ideal para una salida nocturna. Es por eso que hace un par de semanas, cuando un buen amigo mío sugirió la idea de recorrer los bares aledaños a la plaza, aquellos que él ya conoce a la perfección y yo no, acepté sin imaginar los lugares que descubriría esa noche de viernes en el Centro de Lima.

Lobby del Bolivar

La noche comenzó en el histórico hotel Bolívar, el que, con casi 80 años de antigüedad y una arquitectura que lo ha convertido en patrimonio histórico, recibió a Nixon, a John Wayne, a Ava Gardner y algunos de los Keneddy. Ubicado al lado del Jirón de la Unión, este imponente hotel de 106 habitaciones fue comenzado a construir durante los años 20 y se convirtió en el destino preferido de todas aquellas personas que venían a visitar nuestra ciudad. Un auto antiguo, de los años veinte tal vez, nos da la bienvenida en el lobby antes de llegar al bar. Por este mismo lobby, si se es recatado y silencioso, uno puede subir las escaleras y descubrir los niveles superiores del hotel.



Con sus largos pasillos y baños a la antigua (música de salón incluida en ellos), tal como ya mencioné, el Bolívar nos hace sentir como el personaje de Jack Nicholson en “El Resplandor”, perdidos en la inmensa belleza arquitectónica del otrora mejor hotel de todo Lima, pero esto décadas atrás, mucho antes de los Marriots, Swisshoteles y todos los demás, mucho antes de que perdiera el glamour allá por los años setenta y se convirtiera en el abandonado y oscuro refugio de pirañitas y drogadictos hasta mediados de los noventas en que fuera recuperado. Pero lo bueno del Bolívar es que con su reapertura al publico volvió también su glamour, y gran parte de éste se concentra en su extraordinario bar con mesitas prolijamente bien acomodadas, de todos los tipos y para toda cantidad de bebedores. Es, sin embargo, la barra mi lugar preferido en el bar del Bolívar; cómoda y espaciosa, además de permitirte ser testigo del proceso de preparación del mejor pisco sour; a diez soles el normal y quince el “Catedral” , 100% recomendable. Lo que no es muy recomendable es salir a la terraza donde el caos citadino invade el ambiente mágico, restándole gracia y armonía al bar.

El segundo destino en mi recorrido de bares se llama El Bolivarcito, situado a un costado del hotel y que nos permite disfrutar del mismo pisco del Bolívar a menor precio pero en un ambiente un poco menos grato. De fuerte iluminación amarillenta y espacios amplios, El Bolivarcito te da la bulliciosa bienvenida e invita a probar su exquisito pisco sour a quienes su ajustado bolsillo no permite visitar el bar de al lado. A tan solo seis soles el pisco chico y a doce soles el doble; la seductora diferencia de precios invita a quedarse en el local hasta altas horas o hasta que uno vuelva a tener noción del tiempo y se percate que es hora de retirarse a conocer otros lugares.



Caminando un poco más y contorneando la Plaza San Martín llegamos a esta bulliciosa fuente de soda que de noche se transforma en un concurrido bar, el cual, lamentablemente, no tiene tanta tradición como comensales ni tantas sillas como tranquilidad. El Cosmos esta dividido en dos partes, la de adentro y la de afuera para ponerlo de una manera sencilla. No conocí del todo bien la colorida parte de adentro pues la bulla de la música y los gritos la convertía, a mi gusto, en un lugar para ser evitado; demasiadas luces de neón para un solo ambiente tan poco espacioso. La parte de afuera es más simpática: Una pequeña terracita en plena vía publica atestada de mesitas las cuales a su vez, atestadas de gente ofrecen una agradable vista hacia la mismísima plaza.

El Cosmos no es un mal lugar, es más bien un lugar muy interesante; música con mucho volumen para aquellos que gusten de la estridencia, colorido por dentro y tranquilo por fuera. Ideal para los que gusten del aire libre. Pero sin duda alguna el fuerte del Cosmos es lo siguiente: ¡A solo seis soles la botella de litro cien!


Cruzada la histórica plaza y dejada la anécdota del libertador y la autóctona llama atrás, llegamos al siguiente bar, o mejor dicho, restaurant-bar : El Estadio F.C. Ubicado en Nicolás de Pierola N° 922 reúne las características de un museo para los amantes del fútbol.

Estadio F.C


Acompañado del “granítico” Hector Chumpitaz, en la mejor de sus poses, un amable portero nos da la bienvenida al Estadio F.C y nos invita a pasar a uno de los lugares más simpáticos que he conocido últimamente. Dentro del local, un ambiente cálido y espacioso nos recibe. Decoración medio rustica combinada con afiches de estadios, equipos de fútbol e ídolos de multitudes se mezclan con los acabados de madera y nos terminan de dar la bienvenida. A lo lejos, sentado solo en una mesa en una esquina, el “Rey” Pelé parece ahogar sus penas y quejarse del olvido en el que se encuentra al lado de figuras más contemporáneas como Zinedine Zidane quien parado a unos metros sonríe a quienes bebiendo sus cervezas, parecen ignorar a la estática estatua ahí parada. Unos metros más cerca nos encontramos con un sonriente Diego Armando Maradona. El número “10” sonríe sentado en una de las mesas centrales del local, añadiendo más gracia aún al pintoresco lugar.

Barra del Estadio F.C


La barra del local es otra cuestión digna de resaltar; se encuentra repleta de afiches, banderillas, pines, jarrones y muñecos de diversos clubes y famosos jugadores. Así por ejemplo nos encontramos con un “Ñol” Solano emulando alguna de sus mejores jugadas con la camiseta del Sporting Cristal en una versión en miniatura que lo hace ver más pequeño aún de lo que en realidad es. Un estático y alegre Ronaldinho Gaucho, mientras tanto nos espera a la subida de las escaleras para hacernos conocer el segundo piso del Estadio F.C. donde encontrará un nuevo ambiente, similar al anterior, donde poder beber con más de la original y novedosa decoración del lugar. Estadio F.C, con sus tres niveles, es un lugar original, ameno y bastante recomendable, aunque tal vez sea un poco más caro en comparación con un bar tradicional.


Al salir del Estadio F.C. Me dirigí al Munich, piano-bar ubicado en la misma recta del hotel Bolívar, entre la plaza Francia y el Jirón de la Unión, pasando el Club Nacional, ese al que probablemente nunca me dejen entrar y cuyo gran y pomposo balcón, donde una solitaria pareja intercambiaba muestras de afecto, me quedé observando con curiosidad desde el otro lado de la pista en mi camino al Munich. El Munich, para el que así lo crea, no tiene nada que ver con fútbol, a diferencia del local anterior, y a diferencia de éste, es un húmedo pero acogedor sótano que me hizo pensar a primera impresión en “The Cavern”, viejo club de Liverpool que alojó a los Beatles innumerables veces antes de que alcancen la fama que llegaron a alcanzar.



Entrada del Munich

Pues bien, el Munich es también un rustico sótano cuyo ingreso asemeja un barril de vino; sin duda una de las cosas más simpáticas del lugar junto a sus largas mesas de madera donde uno puede sentarse a beber de un pequeño jarrón al lado de un extraño con quien tal vez solo se pueda tener en común el gusto y afición por la cerveza. Cuenta la historia que el local existe desde mediados del siglo pasado, inaugurado por Helga y Hans, pareja de esposos de alemania y suiza respectivamente, quienes decoraron el lugar al estilo de una vieja taberna alemana, para lo cual mandaron traer el clásico piano alemán que permanece ahí hasta hoy en día.

Barra del Munich

La gracia del Munich es su ambiente grata y rústicamente alienado a la europea y que nos hace sentir fuera de esta ciudad. Se dice que diversos personajes han llegado a puertas del Munich en busca de su clásica cerveza en jarrones; desde Brice Echenique hasta Abimael Guzmán.

Una cosa de la que me pude percatar esa noche fue el sabor particularmente amargo (pero agradable) de la cerveza. Aunque me aseguraron que era Cristal no supe atribuir la amargura a ningún factor en especial. Otra cosa curiosa del lugar son sus jarrones los cuales llevan escrito erróneamente “Miunich” en lugar de Munich.



Salí del Munich gratamente sorprendido y ya con los efectos del alcohol bebido a lo largo del recorrido. Mi siguiente y ultimo destino de la noche: El Queirolo. Si bien nos estábamos alejando un poco de la plaza San Martín, es un destino obligado en este tipo de recorridos por ser, tal vez, el más tradicional de todos los bares.


El Queirolo


Pasando por el remodelado Jirón Quilca, repleto ahora de restaurantes y buena iluminación, llegamos a la esquina con Camana. Eran mas de las 2 de la mañana cuando un apresurado mozo del lugar nos dijo que estaban cerrando y no nos atenderían. Al entrar, sin embargo, el encargado de turno nos invitó a pasar y ubicarnos en uno de los salones del fondo donde aun había sitio. El Queirolo es amplio, es frío y cálido a la vez y esta lleno de vida.

Cervezas y mucho pisco en El Queriolo bastaban para cerrar la noche y así fue. Sentados en nuestra sencilla mesita de madera disfrutamos hasta el ultimo momento del chilcano de pisco.

Barra del Queirolo


Pero para entonces el publico era escaso y era ya más la gente que se iba que la que llegaba. Luego de una ultima ida al baño, donde un tambaleante borracho me balbuceaba incongruencias mientras se orinaba a sí mismo en un intento por apuntar al urinario, decidí que era hora de partir. Volví a la mesa y miré a mi vaso con pisco, estaba aun a la mitad si es que no más arriba de la mitad, era el ultimo que quedaba sobre la mesa y no sabía si cerrar con él la noche de recorrido de bares en el centro de Lima. Finalmente me animé y de un solo sorbo terminé con la ultima gota de alcohol que nadie más estaba dispuesto a beber por esa noche. Gran error, es cierto, pero no lo supe sino hasta la mañana siguiente.

Esa noche salí del último de los bares con la sensación de haber conocido bastante. Sé que hay mil lugares más de los cuales hablar como el Superba, el Cordano y más, pero esos lo dejo para otra noche.

Me despido recordandoles que se animen a ir un poco más allá de lo cotidiano. Para quienes no conocen el centro, espero se hayan dado cuenta de la variedad de lugares para conocer. No es más peligroso ni mucho menos más caro (ir desde La Molina al centro en taxi es más barato que ir a Miraflores por ejemplo). Muchas veces por nunca animarnos a salir de la rutina nos podemos perder de conocer buenos y distintos lugares.

Los dejo con los links de los dos unicos lugares que he mencionado que tienen pagina web:

El Gran Hotel Bolivar
http://www.granhotelbolivarperu.com/

Estadio F.C.
http://www.estadio.com.pe/


Imágenes:

  • Página web del Hotel Bolivar
  • Página web de Estadio FC
  • www.ciudad-nn.blogspot.com

Por David Olano

El Olivar de San Isidro


Nunca fui de esos niños que frecuentaba El Olivar, realmente no tengo recuerdos de haber siquiera visitado debidamente este gran parque, considerado mas bien un bosque, de más de 450 años de antigüedad. Fue más bien por relatos de terceros que supe, en su momento, de la existencia de este gran y hermoso parque situado en el corazón de San Isidro. Ahora lamento no haberlo visitado antes pues, cuando niño, uno tiende a ver todo con mucha más magia y las diversas experiencias que me han contado, ya sea durante mi infancia o hasta hoy en día, me indican que El Olivar es de esos lugares que, vistos desde cierto punto de vista, son medio mágicos.

De niño una amiga me comentaba que frecuentaba El Olivar y lo imaginaba como un gran bosque habitado por duendes, también me decía que estos duendes habitaban en los enormes agujeros de los árboles de aceitunas, y como ese relato hubieron otros más provenientes de otras personas. No recuerdo mi reacción de niño en ese entonces ante esos relatos, lo que recuerdo es la primera vez, ya en edad adulta, que me percate de aquellos mágicos árboles de aceituna con enormes agujeros en el centro que le daban aspecto de árboles de cuento de hadas.


Hoy en día he caminado (ya concientemente) por El Olivar varias veces y me he percatado asimismo de muchos detalles que no conocía. Antes, por ejemplo, no sabía que se podía alimentar a las aves y que venden comida para ellas en los kioscos, no había visto nunca los cientos de aceitunas caídas de los olivos sobre el pasto, no sabía que existían tantas variedades de aves propias de la zona, etc. El Olivar es, a mi parecer ahora, una especie de refugio en medio del caos citadino, ideal para olvidar un poco los problemas de la agitada vida de la ciudad que esta ahí, a un paso nada más y sin embargo, ni se siente. En él, uno puede caminar y respirar un poco del aire fresco, trotar o simplemente distraerse con las aguas de su fuente u observando la amplia variedad de aves.

El Olivar, ubicado a 6 Km. de la Plaza Principal de Lima y con una extensión de 23 hectáreas, constituye hoy en día el centro de San Isidro y es el más característico de los elementos del distrito. No es solo uno de los principales pulmones de la ciudad sino un recuerdo viviente de nuestra historia pues simboliza la tradición virreinal y republicana de San Isidro. El Olivar alberga, además, la Municipalidad del distrito, la Biblioteca Municipal y su auditorio, una galería de arte y una hermosa laguna con piletas de agua y una atractiva iluminación nocturna.

El Olivar en el tiempo

La historia del Olivar comienza hace siglos, específicamente en el año 1560 cuando fueron traídos los primeros olivos que dieron nacimiento al bosque actual. Durante la época, el propietario de las tierras fue Gonzalo Pizarro y su Procurador y Alcalde fue don Antonio de Rivera, este último, encargado principal de la importación de los numerosos olivos, de los cuales tan solo sobrevivieron tres al viaje y fueron los únicos en poder ser plantados.

Bastaron 3 pequeños árboles de olivo para que comenzara la propagación inmediata. A partir de este dato histórico, cuenta una leyenda que fueron 3 ramas sembradas por San Martín de las cuales nació el inmenso bosque de olivos que conocemos hoy en día. Para 1730 El Olivar ya se había convertido en un bosque con 2,000 árboles y para 1828 superaba los 2,828 árboles. Pronto la zona pasó a ser la preferida de los primero habitantes de la zona, quienes comenzaron a construir sus casas en lugares cercanos y en el mismo Olivar. La primera urbanización creció a lo largo de la avenida Conquistadores. En el año 1777 el Conde de San Isidro adquirió los terrenos y se convirtió en el propietario definitivo del lugar, naciendo entonces el distrito de San Isidro, nombre con el que lo conocemos hasta hoy en día. Por supuesto que San Isidro no quedó ahí, creció para convertirse en el inmenso y moderno distrito que es hoy en día, y para albergar definitivamente al Olivar.

El 16 de diciembre del año 1959, El Olivar fue declarado Monumento Nacional por Resolución Suprema N° 5773 del Ministerio de Educación, gracias a la importancia de su arquitectura, sus características ambientales y por supuesto su importante historia. Lamentablemente esto no ha servido de mucho para evitar la ambición expansionista de algunos vecinos del lugar quienes han invadido el bosque con rejas y cercos. Incluso en 1998 se creó una gran controversia con respecto a la construcción de un edificio (Esquina de Santa Cruz con Mariano José de Arce ) cuya dimensión pudo haber creado una sombra suficientemente grande para interrumpir el proceso de fotosíntesis de los árboles. Felizmente, ante estos casos, la municipalidad de San Isidro ha iniciado ya un proceso para recuperar el terreno perdido y retirar cercos y rejas. Durante el año 2000 se realizó un censo de árboles en El Olivar, el cual considera 1519 árboles de olivo en la zona.


El Olivar como Ecosistema

Existen más de 15 variedades de aves que habitan en El Olivar, (siendo las más comunes las palomas, las tortolitas y los cuculíes), convirtiéndolo en el parque con mayor variedad de aves en todo Lima. Frente a la laguna existe un kiosco donde pueden comprar bolsitas de maíz para el que desee alimentarlas, hay además bancas a lo largo de todo El Olivar sobre las cuales uno puede descansar y dar de comer a las Palomas Domesticas, a la Tortolita Orejuda, a las Cuculíes y Tortolitas, que son las especies mas confiadas y se acercaran a recibir el alimento.

Entre otras, y más coloridas, variedades se pueden encontrar al Turtupilín de pecho rojo, al Botón de Oro, de color amarillo y al Tangará de color celeste. Desviando nuestras miradas un poco más abajo encontraremos entre los arbustos al Mielero, de color amarillo y mascara negra, mientras que, más abajo aún, podremos observar al Cucarachero cuyo color es marrón y suele estar siempre en la base de los árboles buscando insectos para comer.

Muy escondidos entre los árboles habitan la despeinada Mosqueta Silbadora, mientras que los Gorriones Americanos y los Gorriones Europeos prefieren merodear sobre los techos de las casas cercanas. Otra aves que habitan El Olivar y que más llaman la atención por su curiosa conducta son el Saltapalito, quien en época de apareo salta una y otra vez sobre la misma ramita del árbol, el Tordo Brilloso que suele dejar sus huevos en nidos de otras especies para ahorrarse el trabajo de criarlos y el colibrí Amazalia Costeña quien va de flor en flor buscando su alimento.

Pero El Olivar no sería un ecosistema completo sin no existiera la ley del más grande la cual podremos comprobar por las mañanas y las tardes, con mucha paciencia, para ver llegar al Gavilán Acanelado, causando caos en las especies más pequeñas al posarse de árbol en árbol a la espera de un descuido para comerse algún pichón descuidado.

El Olivar y sus alrededores


Pero no solo uno puede ir a ver aves; El Olivar es un lugar de descanso y distracción. Muy cerca de él encontrara una variedad de librerías en caso se decidan a comprar un libro. Están la librería Crisol en el óvalo Gutierrez y el Virrey en Miguel Dasso, las cuales, dicho sea de paso, tienen a la venta libros de bolsillo sobre las especies de aves que existen en El Olivar con fotos y descripciones de todas las ellas.

Si decide ir muy temprano, encontrará muy cerca del lugar lugares donde desayunar o comprar para llevar como Don Mamino en la avenida Conquistadores o La Baguette en Pardo y Aliaga. Frente a la iglesia Virgen del Pilar se encuentra el tradicional Café Ole donde venden desayunos más elaborados y completos. Si se encuentra por El Olivar a la hora del almuerzo existen también una infinita variedad de lugares a visitar cerca de la zona que van desde restaurants de comida rápida hasta restaurants gourmet. El Cartujo, ubicado frente a un pequeño parque con muchas aves, a comienzos de Libertadores y Camino Real es una buena opción.

Un dato que doy, tal vez a manera de advertencia para quienes buscan la paz del lugar, es que los viernes y sábados por la noche eviten el lugar pues muchas parejas de recién casados escogen El Olivar para sus fotografías matrimoniales, convirtiendo la zona en un singular espectáculo. Personalmente no me agrada y es un dato que, considero, debe ser de su conocimiento. Muy aparte de esto, encontraran en El Olivar: Galerías de arte, una biblioteca, buena comida, libros, aves, entretenimiento, pero sobretodo paz, mucha paz. Si aun no conocen El Olivar o no lo conocen debidamente, como hasta hace unos años era mi caso, anímense a dar una vuelta alrededor y simplemente disfruten de la tranquilidad de lugar, uno de los más hermosos lugares de Lima, lleno de historia y tradición.



Imagenes:
Municipalidad de San Isidro

http://www.munisanisidro.gob.pe/


Por David Olano